Resolver problemas suena sencillo: identifica qué está mal y arréglalo. Pero en el mundo de los negocios, no se trata solo de resolver el problema inmediato, sino de asegurarse de que no vuelva a ocurrir.

Como CEO, gestionas múltiples responsabilidades, desde la administración diaria hasta trazar el futuro de tu empresa. Sin embargo, con tantas tareas en tu agenda, puede resultar complicado centrarte en impulsar el crecimiento cuando las demandas operativas diarias te distraen continuamente.